Diferencia entre revisiones de «Pregunta: Fue Thomas Stuart Ferguson un arqueólogo?»

(Ferguson nunca estudió arqueología a nivel profesional - que era auto-educación)
(Ferguson nunca estudió la arqueología a un nivel profesional - él se había educado en ese ámbito de estudio)
 
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[Stan] Larson implica que Ferguson fue uno de los "eruditos e intelectuales de la Iglesia" y que "su estudio" se llevó a cabo a lo largo de las líneas de erudición fiable en el "campo de la arqueología". Aquellos de nosotros con la experiencia personal con Ferguson y su pensamiento sabían diferente. Él llevó a cabo una licenciatura en derecho de pregrado, pero nunca estudió arqueología o disciplinas relacionadas a un nivel profesional, a pesar de que era autodidacta en parte de la literatura de la arqueología americana. Sostenía una visión ingenua de "prueba", tal vez relacionada con su práctica de ley donde uno tenía que "probar" su caso o se perdería la decisión; compare el enfoque que él utilizó en su libro simplista de abogado ''Un Rebaño y un Pastor ''. Sus asociados con la formación científica y por lo tanto más sofisticación en las trampas que involucran asuntos intelectuales nunca lo podrían alejar de su visión limitada de la "investigación". (Por ejemplo, en abril de 1953, cuando él y me hizo el primer reconocimiento arqueológico del centro de Chiapas, que define el trabajo de la Fundación para los próximos veinte años, su preocupación era para preguntar si las personas locales habían encontrado ningún figuritas de "caballos", en lugar de documentar los puntajes de sitios descubrimos y dejar constancia por primera vez). Su papel en "beca Mormón" fue en gran medida la de entusiasta y publicista, por lo que podemos estar agradecidos, pero no era ni sabio ni analista.
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[Stan] Larson implica que Ferguson fue uno de los "eruditos e intelectuales de la Iglesia" y que "su estudio" se llevaba a cabo en línea de erudición fiable en el "campo de la arqueología". Aquellos de nosotros con la experiencia personal con Ferguson y su pensamiento sabíamos diferente. Él obtuvo una licenciatura en derecho de pregrado, pero nunca estudió la arqueología o disciplinas relacionadas a un nivel profesional, a pesar de que era autodidacta en parte de la literatura de la arqueología americana. Sostenía una visión poco realista de "prueba", tal vez relacionada con su práctica de ley donde uno tenía que "probar" su caso o se perdería la decisión; compare el enfoque que él utilizó en su simplista libro legalista ''Un Rebaño y un Pastor ''. Sus asociados con la formación científica y por lo tanto más sofisticación en las trampas que involucran asuntos intelectuales nunca lo podrían alejar de su visión limitada de la "investigación". (Por ejemplo, en abril de 1953, cuando él y yo hicimos el primer reconocimiento arqueológico del centro de Chiapas, que definía el trabajo de la Fundación para los próximos veinte años, su preocupación era preguntar a las personas locales si habían encontrado figuritas de "caballos", en lugar de documentar las veintenas de sitios que descubrimos y registramos por primera vez). Su papel en la "erudición Mormón" fue en gran medida el de entusiasta y publicista, por lo que podemos estar agradecidos, pero no era ni erudito ni analista.
  
Ferguson no era un experto en arqueología y el Libro de Mormón (y mucho menos en el libro de Abraham, de la que su conocimiento era superficial). No era uno cuyo cuidado "estudiar" lo llevó a ver una mayor luz, luz que lo libere de los Últimos Días San dogma, como representa Larson. En su lugar, fue sólo un laico, inicialmente entusiasta y esperanzado pero finalmente atrapado por sus expectativas injustificadas, lógica defectuosa, información limitada, orgullo quizá ofendido, y la falta de fe en la investigación tediosa esa beca real requiere. Los argumentos negativos que usó contra los Santos de los Últimos Días escrituras en sus últimos años muestran todas estas debilidades.
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Ferguson no era un experto ni en la arqueología ni el Libro de Mormón (y mucho menos en el Libro de Abraham, del que su conocimiento era superficial). No era uno cuyo "estudio" cuidadoso lo llevó a ver una mayor luz, luz que lo liberaría del dogma Santos de los Últimos Días, como lo representa Larson. En lugar de eso, solo era un laico, inicialmente entusiasta y esperanzado pero al final atrapado por sus expectativas injustificadas, lógica defectuosa, información limitada, su quizá orgullo ofendido, y la falta de fe en la investigación tediosa que la erudición real requiere. Los argumentos negativos que usó en contra de las escrituras Santos de los Últimos Días en sus últimos años muestran todas estas debilidades.
  
Larson, al igual que otros que ahora agitan ejemplo de Ferguson ante nosotros como un caso de emancipación del pensamiento Mormón ignorante, no se enfrenta a la cuestión de qué Tom Ferguson era el verdadero. ¿Debemos respetar al joven duro conducción cuya fe llena de esfuerzos dirigidos a un importante programa de investigación valiosa, o debemos admirar el cínico de doble efecto de años posteriores, amargada porque nunca sacó la lotería, a medida que él parece tener considerado, la ranura de la máquina de la investigación arqueológica? Yo personalmente prefiero recordar mi ojos brillantes, amigo de creer, no la figura de envejecimiento Larson recomienda como algo más sabio. <ref>John L. Sorenson, "Addendum," to {{FR-4-1-15}}</ref>
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Larson, al igual que otros que ahora enseñan el ejemplo de Ferguson ante nosotros como un caso de emancipación del ignorante pensamiento Mormón, nunca se enfrenta con la pregunta de cuál Tom Ferguson era el verdadero. ¿Debemos respetar al joven ambicioso cuyos esfuerzos fieles proporcionaron un programa importante de investigación valiosa, o debemos admirar al cínico de doble cara de años posteriores, amargado porque nunca sacó la lotería, en lo que el parece haber considerado, el tragaperras de la investigación arqueológica? Yo personalmente prefiero recordar a mi amigo de ojos brillantes, creyente, y no la figura envejeciente que Larson recomienda como alguien más sabio. <ref>John L. Sorenson, "Addendum," to {{FR-4-1-15}}</ref>
 
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Revisión actual del 12:36 4 jun 2018

Tabla de Contenidos

Pregunta: Fue Thomas Stuart Ferguson un arqueólogo?

Ferguson nunca estudió la arqueología a un nivel profesional - él se había educado en ese ámbito de estudio

Como recordó antropólogo SUD John Sorensen, quien trabajó con Ferguson:

[Stan] Larson implica que Ferguson fue uno de los "eruditos e intelectuales de la Iglesia" y que "su estudio" se llevaba a cabo en línea de erudición fiable en el "campo de la arqueología". Aquellos de nosotros con la experiencia personal con Ferguson y su pensamiento sabíamos diferente. Él obtuvo una licenciatura en derecho de pregrado, pero nunca estudió la arqueología o disciplinas relacionadas a un nivel profesional, a pesar de que era autodidacta en parte de la literatura de la arqueología americana. Sostenía una visión poco realista de "prueba", tal vez relacionada con su práctica de ley donde uno tenía que "probar" su caso o se perdería la decisión; compare el enfoque que él utilizó en su simplista libro legalista Un Rebaño y un Pastor . Sus asociados con la formación científica y por lo tanto más sofisticación en las trampas que involucran asuntos intelectuales nunca lo podrían alejar de su visión limitada de la "investigación". (Por ejemplo, en abril de 1953, cuando él y yo hicimos el primer reconocimiento arqueológico del centro de Chiapas, que definía el trabajo de la Fundación para los próximos veinte años, su preocupación era preguntar a las personas locales si habían encontrado figuritas de "caballos", en lugar de documentar las veintenas de sitios que descubrimos y registramos por primera vez). Su papel en la "erudición Mormón" fue en gran medida el de entusiasta y publicista, por lo que podemos estar agradecidos, pero no era ni erudito ni analista.

Ferguson no era un experto ni en la arqueología ni el Libro de Mormón (y mucho menos en el Libro de Abraham, del que su conocimiento era superficial). No era uno cuyo "estudio" cuidadoso lo llevó a ver una mayor luz, luz que lo liberaría del dogma Santos de los Últimos Días, como lo representa Larson. En lugar de eso, solo era un laico, inicialmente entusiasta y esperanzado pero al final atrapado por sus expectativas injustificadas, lógica defectuosa, información limitada, su quizá orgullo ofendido, y la falta de fe en la investigación tediosa que la erudición real requiere. Los argumentos negativos que usó en contra de las escrituras Santos de los Últimos Días en sus últimos años muestran todas estas debilidades.

Larson, al igual que otros que ahora enseñan el ejemplo de Ferguson ante nosotros como un caso de emancipación del ignorante pensamiento Mormón, nunca se enfrenta con la pregunta de cuál Tom Ferguson era el verdadero. ¿Debemos respetar al joven ambicioso cuyos esfuerzos fieles proporcionaron un programa importante de investigación valiosa, o debemos admirar al cínico de doble cara de años posteriores, amargado porque nunca sacó la lotería, en lo que el parece haber considerado, el tragaperras de la investigación arqueológica? Yo personalmente prefiero recordar a mi amigo de ojos brillantes, creyente, y no la figura envejeciente que Larson recomienda como alguien más sabio. [1]

Notas

  1. John L. Sorenson, "Addendum," to John Gee, "A Tragedy of Errors (Review of By His Own Hand Upon Papyrus: A New Look at the Joseph Smith Papyri by Charles M. Larson," FARMS Review of Books 4/1 (1992): 93–119. off-site (Inglés)